jueves, 6 de febrero de 2014

Lo aprendido

He aprendido que, como el tren, la vida necesita dos raíles: la familia y la Iglesia… Y quien así vive nunca descarrila. Si ven a alguien descarrilado, desencaminado, desorientado, extraviado, corrompido, depravado… o es porque ha desoído los sabios consejos de la familia o los santos y maternales consejos de la Iglesia, o los de ambos. En cuanto a la familia, está claro. Y en cuanto a la Iglesia te voy a decir una cosa: No hay madre, y la Iglesia lo es, que no quiera lo mejor para sus hijos. ¡Es mi mejor maestra!