lunes, 15 de mayo de 2023

Lo áspero.

En el vasto desierto, el viento susurraba su canción eterna. La arena, como diminutas navajas, arañaba mi piel. Mi lengua se secaba, mis labios agrietados clamaban por una gota de agua. Cada paso era una lucha contra la adversidad, pero no podía detenerme.

Entre las dunas ardientes, encontré un oasis de esperanza. Una planta resistente emergía de la sequedad. Sus hojas, ásperas al tacto, escondían el tesoro: un manantial de vida.

Con gratitud, bebí de su néctar y dejé que sus espinas tocaran mi piel. Así aprendí que a veces, lo áspero es el camino que conduce a la belleza y la supervivencia.