El hombre se honra de lo que es capaz, presume de su obra y, las mas de las veces, con su obra... Y es bueno. Reconocer de lo que uno es capaz y valorarse aumenta la autoestima... E igual está bien. Pero lo más grande del hombre, lo más asombroso no es lo que ha podido hacer, sino lo que todavía puede llegar a hacer, o mejor, lo que puede llegar a ser. Cuando lo leí en la Palabra me entusiasmó: “¡Lo hiciste un poco inferior a los ángeles!”.