martes, 14 de enero de 2014

Lo aguantado

No tiene buena prensa el verbo aguantar. Es un verbo muy sensible. Parece estar unido a debilidad, derrota, depresión, bajamar… Sin embargo, el aguante no es debilidad, ¡es fortaleza!. Sólo del que aguanta se puede esperar lo mejor, sólo el que aguanta puede llegar a ser obra de arte. Sólo se llega a ser valiosísima pieza de museo cuando la arena de sílice, el carbonato de sodio y la caliza se dejan calentar a 1 500 °C. Sólo así se obtiene el preciado cristal de bohemia o el famosísimo cristal veneciano. Y sólo el que aguanta podrá llegar al pórtico de la gloria.