Una persona habitualmente triste es una persona enferma. La tristeza paraliza. La tristeza, además, no ha sido madre nunca de ningún gran proyecto. La tristeza es hija legítima de la desconfianza, y nieta de la falta de fe. ¡Que importante es que nos tomemos de vez en cuando el pulso para ver nuestro estado de alegría!. Pues cuando en alguien falta la alegría, falta